¿Dime cuando fue la última vez que lloraste por mí una noche
entera, dime cuantas veces has derramado lágrimas en mi ausencia, dime que
sentiste cuando llorabas?_ Mis días sin ti ya no son como los de antes de conocerte a través de la distancia.
En mi mochila tengo un cuaderno y un lápiz, cada paso me
detengo a anotar lo que hemos vivido así de lejanos, y me quedo pensativo, se
me aguan los ojos y continúo cantando mentalmente a la soledad.
Has llegado de repente cuando mi alma desvanecía sin
aliento, las aves volaban como locas en “V” buscando aquel destino diferente,
te has ido marchando calladamente de mí y sin darme cuenta siento que te he
perdido.
¿Dime cómo te sientes al dejarme, que dosis debo tomar para
sentir lo mismo? Tú desapego me consume como el tiempo en una botella, hoy
quiero gritar al firmamento que creo que me enamore con tantas ganas que he
fallado.
Quizás sea la distancia, las horas, la nostalgia las que
influyen en mi soledad que me involucra en capítulos tristes. Veo al Don
Quijote y sus locuras se ponen tristes al saber de mí, ese que en su Dulcinea
pensaba día y noche.
¿En que he fallado, en ser un cruel amor que me mata y me consume?
Quisiera detener el tiempo y regresar contigo aquella noche, para escuchar tus lágrimas
de celos que me mataban de nostalgia, esa voz que me decía ardientemente te
amo.
Las cantinas de mi barrio me dicen ven a mí, te hago falta,
hoy por primera vez no soy débil, me embriagare en la poesía donde desborde
todo este sentimiento que me aflige así de distante, deseo escuchar tu voz
aunque sea para escuchar tu adiós.
¿Dime desde cuando no lloras?_ Nuestros sueños se alejan de
la realidad, es como soñar caballos azules con alas de murciélago, algo
abstracto en insensible para los ojos. Corre burrito que hay camino por
recorrer en la llanura extensa.
Te lloro internamente, te extraño intensamente, no tengo
castillas ni jardines de rosas color plata, pero te ofrezco abrigarte en mi
rebaño cálido de poemas y primor, para cuando decaigas tengas donde reposar de
por vida.
Hoy daría yo la vida por escuchar esa voz sutil que me parte
en trozos, esa voz que me hace sentir mariposas en mis riñones, es voz que
anhela que te toque, que sienta tu palpitar, esa voz que me dice que amas, que
no este triste más por vos.
Estas pesadillas me matan, tomare un trago de agua para
pensar cosas lindas que me alejen de las cosas malas, son las ideas de un poeta
que extraña escribir a la soledad, ese
que no siempre escribe letras color de esperanza, ese que ama con locura a ti
mujer.
Te amo, te espero a cada rato en mi alcoba, para que me digas,
ya no llores mi zagal, aquí estoy, no me iré jamás de ti, estoy contigo a la
distancia. Cuando realmente se ama no importa la distancia, lo importante es
esa mágica palabras que se llama simplemente “AMOR”
Para ti….
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