Cuando canta el gallo a las tres de la mañana,
se levanta el abuelo sostenido de un araguato,
la doña se levanta con frio a hacer un fuerte café,
las vacas esperan ansiosas que le canten la tonada.
Un olor a leña impregnante corre en el aire,
las olla todas viejas y golpeadas por el tiempo,
las arepas hechas de maíz cariaco en budare,
con queso de mano gracias a la vaca que le cantan.
El pozo que corre alegre por la humilde casita,
es tan transparente como el alma inocente,
tan fresco como la brisa que pega en la llanura,
su sonido relaja tanto hasta llegar al climax.
La carne tendida está en un cuarto oscuro,
a macerada con pura sal y agua cristalina,
es tan fresca y suave que da un toque rico,
las neveras en esa casa son de otro planeta.
Se levantan los pollitos,las galinas,los patos,
el pavo abierto como abanico buscando su pava,
es un concierto abierto de avicuos enloquecidos
esperan la serenidad del viejo a que les de alimento.
Con un serenatero y un arpa viajera hacen el festín,
seis litros de aguardiente,chimo y tabacos llevan,
entonan todos un seis por derecho bien recio,
saltan las mujeres bien maquilladas al terreno.
La alborada se presta para prender un fogón,
seis gallinas matan, un cochino y un maute,
las verduras los hombres las desentierran,
aliños,ajos,manteca de cochino todo esta.
El sancocho a las seis esta listo para comer,
una rueda de casabe sale a la luz y un frasco de ajie,
comen todos muy unidos,esposos,hijos,novios,hermanos,
se hizo mediodía hora de bañarse y jugar en el pozo.
Así pasan las horas en mi llano Venezolano,
donde el atardecer se parece al amanecer,
los enamorados se toman de la mano inspirados,
llega otro día se levanta el viejo a cantarle a las vacas.
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